Teteras

En teteras de barro, de metal, para calentarnos en invierno, relajarnos en verano, facilitar la digestión, ayudarnos con algunos males o despertarnos. El té es una bebida que se sirve de mil maneras y sirve para aliviar muchos achaques.

Aunque el consumo de té en nuestro entorno aún no es tan abundante como el del café, poco a poco esta bebida va ganando adeptos y cada vez son más los que deciden comprar una tetera con la que sustituir el hervidor de agua, el cazo o el microondas.

Se dice que el té verde ayuda con el colesterol y contiene antioxidantes, que la manzanilla alivia el dolor de estómago y que la yerba mate es una infusión digestiva y depuradora. La tila por su parte tiene propiedades relajantes y ayuda a conciliar el sueño. Plantas medicinales como el poleo menta pueden ser también muy beneficiosas y se toman en infusión.

Las plantas medicinales como las que acabamos de mencionar llevan entre nosotros mucho tiempo y han sido utilizadas durante siglos para aliviar las más diversas dolencias. El té sin embargo es casi un recién llegado.

Hasta que los colonizadores europeos se embarcaron en la conquista de Asia poco (o nada) se había oído hablar del té verde, del té negro o de las teteras en el viejo continente. Aún así, una vez dentro de Europa los seguidores del té empezaron a multiplicarse con rapidez y hoy en día una de las características más distintivas de los británicos es su té de las cinco de la tarde.

Las ceremonias de té se extienden por todo Asia y las teteras están muy presentes en Japón, Taiwán, China, India, Turquía o Marruecos, por mencionar solo una pequeña muestra de todos los países consumidores de té en nuestro planeta.

En Turquía el té es tan popular como el café y se llama çay. Es de sabor fuerte y tiene un color rojizo. Se prepara en una especie de tetera múltiple y la mayoría del agua caliente se sitúa en la base de la misma. El agua restante se colocará en la tetera superior con el té. Quien haya visitado Turquía se habrá dado cuenta de que bebe té en todas partes: en casas particulares, en las terrazas, en las tiendas, en los bazares… Siempre es un buen momento.

Parece ser que el té entró en Japón desde China de mano de los monjes budistas, y se extendió rápidamente por todo el país. Poco después, el matcha llegó a los samurái y comenzaron a celebrarse las primeras ceremonias de té. Tomar el té en Japón puede durar varias horas y la ceremonia está repleta de rituales y pasos a seguir. Por ejemplo el maestro, o la maestra, llevará consigo la tetera, un cuencho (cha wan), varias tazas y una cuchara grande de bambú (cha sen).

India es el país de las especias, y teniendo como tiene a la región de Assam y Darjeeling dentro de sus fronteras, no es de extrañar que el subcontinente sea el mayor exportador de té del mundo. Entre sus tés el más conocido es el masala chai, una mezcla de té negro con especias, hierbas aromáticas y, generalmente, leche. Por lo general, para preparar este té no se utilizan ni la tetera ni el hervidor, sino un recipiente amplio en el que se introducen los ingredientes y se hierve el agua.