Toalleros

Te levantas por la mañana despegándote las sábanas como puedes, te diriges al baño, te pegas la primera ducha del día y… ¡horror! ¡Este frío no lo soporta ni el más valiente de los pingüinos! A todos nos pasa cada día al despertarnos. ¡Lo que daríamos por una toalla bien seca y calentita! ¿Conoces los radiadores toalleros? Hace décadas que son un elemento imprescindible en los cuartos de baño de nuestros vecinos del norte de Europa y parece que ahora lo comienzan también a ser en nuestro país.

Además de cumplir una maravillosa función calentando nuestro cuarto de baño y todo cuanto pongamos sobre ellos (toallas, batas, ropa…), tienen también una función decorativa y organizativa. Ocupan menos espacio que los radiadores normales y nos ayudan a tener las cosas en orden.

¿Te interesa? Pues toma nota de estas claves que hemos recopilado a modo de preguntas y respuestas y elige un radiador toallero que cada mañana cambiará tu cara de frío invernal por una enorme sonrisa.

Vas a encontrar dos tipos de radiadores toalleros: de agua y eléctrico. Los de agua se calientan mediante el circuito de agua que tienen en su interior. Los radiadores toalleros eléctricos se calientan mediante una resistencia que, a su vez, se calienta mediante la instalación eléctrica. Mientras que para los radiadores toalleros de agua necesitarás contar con una caldera y un sistema central de radiadores, para el eléctrico solo precisarás una conexión eléctrica. Ambos ofrecen el mismo resultado.

En cuanto al radiador toallero eléctrico, su instalación es muy sencilla. Se fija a la pared mediante unos soportes y tendrás que conectarlo a una toma de agua corriente. El radiador toallero de agua precisa una instalación un poco más compleja. Necesitarás ajustar las tomas de agua a las medidas del radiador y enrosca las llaves a la tubería. Enciende la caldera, llena el circuito de agua, purga el aire sobrante y comenzará a calentar. En este segundo caso es posible que necesites un instalador profesional.

Al habla de tamaño, nos referimos también a la potencia, que se mide en KW para los eléctricos y en Kcal para los de agua. Cuanto más grande sea nuestro baño, más potencia necesitaremos. Aunque parece todo muy sencillo, hay que tener en cuenta varios factores como la zona climática o la orientación de nuestra vivienda, además del grado de aislamiento de nuestro cuarto de baño. Una vez tengamos claros estos factores, podremos elegir un tipo de radiador u otro en concordancia con nuestras necesidades.